Saucony Jazz Court RFG: una zapatilla hecha con 0% plástico





Saucony ha dado un gran paso hacia un futuro más sostenible para la industria del calzado, creando sus zapatillas más ecológicas a la fecha. Las Jazz Court RFG fueron confeccionadas a base de materiales naturales, con ningún tipo de plástico, combinando técnicas de zapatería clásica y fabricación moderna. Aquí te contamos todo sobre este lanzamiento.









Muchos de los materiales sintéticos usados en las zapatillas y ropa, como el poliéster y el TPU, son considerados plásticos, lo que significa que, tanto los residuos de producción como los productos mismos cuando su vida útil acaba, pueden terminar en la naturaleza durante muchísimo tiempo hasta degradarse por completo. “Esto no es una maratón, pero se podría decir que es la carrera más importante de nuestras vidas”, dicen desde Saucony refiriéndose al futuro del planeta. Es por esto que han hecho su misión el alejarse del uso de plásticos y utilizar materiales reciclados o naturales, para así minimizar su huella de carbono. Su equipo lleva tiempo experimentando con distintas formas de diseño y producción sostenible. Como resultado de ese estudio ha nacido la Jazz Court RFG.





Este nuevo modelo de la marca está confeccionado solamente con siete materiales, todos respetuosos con el medio ambiente. Algodón, para la lona del empeine y el hilo usado en su auténtico pespunte lateral que mantiene firme la construcción. Yute, para brindar resistencia, ya que esta fibra vegetal puede hilarse en hilos fuertes. Lana, para la plantilla. Gardenia, para el tinte azul marino intenso del forro del cuello. Caucho natural, para la entresuela, fabricada en 100% Lactae Hevea®. Remolacha, para la tinta utilizada a la hora de imprimir el número de talla en la etiqueta detrás de la lengüeta. Y por último, madera, fibras de eucalipto para crear el material textil de los cordones.



















Andrea Paulson, Directora de Ingeniería de Producto de Saucony, explica que la fabricación de calzado en general es bastante arcaica. Requiere de muchas máquinas diferentes y muchos humanos para organizar todos los materiales, ensamblar y terminar el producto. Y aún así, todavía es difícil automatizar la mayoría de los procesos. “Se gastan muchos recursos naturales, energía de la red eléctrica y horas de trabajo. Como marca, sentimos la urgencia de hacer cambios para mejorar estos procesos y ofrecer productos que consideren y respeten al planeta y nuestro futuro en él. Así que decidimos revisar y reaprender algunos de los métodos tradicionales de fabricación no adulterados por la era industrial”. Cada etapa de la producción fue analizada, adaptándola para reducir el consumo de energía y evitar el uso de químicos. “Teníamos que ser precisos, de inicio a fin. Construimos la zapatilla un paso a la vez, descartando cualquier cosa que no fuera absolutamente necesaria”.

Y con tanto nivel de detalles, la Jazz Court RFG también tiene un packaging especial, creado con cartón reciclado y sin uso de tintas.