PUMA SLIPSTREAM: UN CLÁSICO DE LOS 80s ESTÁ DE VUELTA

Con una gran presión sobre sus hombros, por ser el modelo que sucedió a las Sky LX, la Puma Slipstream apostó por ser un modelo discreto y revolucionario al mismo tiempo. Con detalles que le dio la categoría de cómoda y llena de estilo, hoy ha vuelto para dominar las calles.






1987 fue un año glorioso para las zapatillas de básquetbol. Las vitrinas y los catálogos de tiendas como Eastbay mostraban adidas Rivalry, Nike Air Force II, Converse Weapon o Jordan II. Los fanáticos se entusiasmaban coleccionando sus pares y luciéndolos en la calle y las canchas. Muchos sentían, sin embargo, que faltaba una marca que se subiera al tren.
Puma ya había hecho sus propias zapatillas de básquetbol. La Suede comenzó siendo el modelo que lucían los fanáticos de la marca y de la NBA, y había ganado muchos seguidores con el lanzamiento de la cómoda y elegante Sky LX. Así que, decididos a seguir en esta senda, diseñaron una zapatilla que, sin pensarlo, pasaría a la historia: la Slipstream.




 
Puma no quiso hacer, simplemente, una zapatilla para jugar básquetbol. Desde la empresa sabían dónde poner el ojo. Sentían que no había muchos pares diseñados para las ligas escolares y universitarias. En ese entonces, los uniformes exigían que las zapatillas tuviesen combinaciones discretas de colores para disputar los partidos. Y la primera Slipstream era blanca con tonos grisáceos y negros. Sin embargo, estaba lejos de ser un par discreto. 

Los diseñadores pusieron sus energías tanto en los colores como en el diseño y la tecnología. Ya que sabían que necesitaban una zapatilla que pudiese combinar con cualquier color, se centraron en darle un equilibrio entre tecnología y comodidad.
Lo primero que propusieron fue una suela de EVA, para absorber el impacto; y a la suela se le unió el –entonces– nuevo Anti Shock System, que haría aún más suave la pisada y permitiría evitar lesiones en los jugadores. Dos hitos de la tecnología de las zapatillas se habían combinado en un solo modelo.



Originalmente, el par solo se lanzó en un modelo de caña alta, y se ofreció en el mercado como «ingeniería para jugadores serios». De a poco, las personas comenzaron a sacar el modelo de los mostradores. Pero la verdadera explosión de la Slipstream apenas estaba comenzando.

Los diseñadores no solo habían creado un par impresionantemente cómodo: también habían dado con una pieza de diseño que hizo que los fans del hip hopy el streetwear fueran corriendo por ella. Para 1988, Puma ya las había lanzado en una amplia variedad de colores, que la gente coleccionaba y lucía con orgullo. Entonces, decidieron dar un paso más allá.

 


Eventualmente, también llegó la variante low del modelo. Una Slipstream sin caña, que consagraría a la zapatilla como una joya para los amantes del streetwear. Desde entonces, la Slipstream ha tenido varias reediciones.

La primera llegó el año 2002, con el retorno de The Beast y la Slipstream Snake. Estas fueron especialmente exitosas en el mercado japonés. Tanto así, que Puma hizo una versión solo para el país del sol naciente.
En 2009 y 2012, nuevas combinaciones de colores, como la Slipstream Monster y Slipstream Snake comenzaron a aparecer en las vitrinas. Para el 2013, un nuevo lanzamiento trajo de vuelta el modelo en tres distintas variantes de animal print,
y un año después, una colaboración con Vanquish hizo que el hype por la Slipstream se hiciera aún más significativo.



Hoy, Puma vuelve a traer esta silueta atemporal. El par que sucedió con estilo y clase a la Sky LX. Está en variedades de colores: desde la clásica y discreta combinación en blanco y negro hasta una nueva e icónica colaboración con Buttergoods, que resalta el par con llamativos tonos morados y verdes, añadiéndole un toque de modernidad a un clásico. La Slipstream ha vuelto para copar las calles, dejando constancia de que siempre es una buena época para vestir las antiguas zapatillas de básquetbol.



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