Paper Bottle Company: una visión sostenible del packaging





“Las leyes de la naturaleza hablan fuerte y claro; debemos reemplazar los materiales que amenazan nuestro planeta y minimizar los desperdicios que crean un impacto ambiental negativo”. La declaración de Paboco -Paper Bottle Company- suena lógica, pero pocos practican su espíritu al nivel de esta empresa de botellas de papel.









Según datos difundidos por National Geographic, hay no menos de 5 billones de elementos o fragmentos de plástico en los océanos. El 73% de la basura en las playas es plástico, lo cual se condice con la explosión exponencial de la producción mundial de este material, que pasó de 2,3 millones de toneladas en 1950 a 162 millones en 1993, y a 448 millones en 2015.

En ese contexto entra Paboco a marcar una diferencia, y lo ha conseguido aliándose con marcas multinacionales que buscan dar el salto hacia materiales que no sólo sean potencialmente reciclables, sino sustentables en todo su proceso de existencia, desde la elaboración.





Coca-Cola, Pepsi, Pernod Ricard (que incluye a Absolut, Ballantine's, Havana Club y Chivas Regal, entre muchas otras bebidas espirituosas) y L'Oréal han empezado a trabajar en conjunto con The Paper Bottle Company en el último tiempo, en un intento concreto y masivo de la compañía danesa por atacar el problema del plástico directamente en una de sus principales raíces.















 
A nivel mundial se venden más de un millón de botellas de plástico por minuto. Si a eso sumamos que más del 70% de los desechos plásticos se acumulan en vertederos, o directamente en el medio ambiente, los esfuerzo de Paboco parecen ir en la dirección correcta.

El plástico no es un material maligno en sí mismo, para nada. Justamente por eso se hizo tan popular en todo tipo de industrias. Se puede almacenar alimento dentro de él, así de útil y versátil es.




Sin embargo, su reciclaje está lejos de ponerse a la par de su producción. Solo el 30% del plástico no termina mezclado en la basura común -o en el suelo-, y solo la mitad de ese porcentaje se recicla. El resto se incinera, completando el ciclo destructivo al máximo, contribuyendo a la contaminación del aire.
En Paboco saben que, aunque están en condiciones de hacer un aporte poderoso, el proceso toma tiempo. La aceptación de fabricantes que son líderes a nivel mundial es un avance gigantesco, pero ese cambio no se reflejará en vitrinas y góndolas de la noche a la mañana.











Por ejemplo, Absolut lanzó en enero una nueva botella en conjunto con The Paper Bottle Company, compuesta por un 57% de papel y 43% de plástico reciclado. El interior de la botella incorpora una fina capa de plástico a prueba de líquidos, que se puede reciclar después de su utilización.
Es decir, todavía se requiere de desarrollos tecnológicos que faciliten la eliminación total del plástico en la elaboración de botellas y otros envases, al mismo tiempo que el reciclaje tiene que aumentar para acercarse más al nivel de producción de polímeros sintéticos.


Esa es la única forma de lidiar con el hecho de que en los 21 años que van de este siglo se ha producido más del 50% del plástico del mundo, contando desde su invención. Por algo se estima que en 2050 no existirán especies de aves marinas que no estén comiendo algo de plástico.
La situación no puede ser más urgente, tal como lo entienden en Paboco. Porque lo cierto es que no hay margen para la exageración cuando hablamos de la proliferación de un material cuya durabilidad promedio se calcula entre 450 años y para siempre, literalmente.