NEW ERA: DE CONFECCIONAR BOINAS A SER ÍCONO EN EL DEPORTE, LA MODA Y LA CULTURA

Comenzaron hace 102 años con un préstamo de mil dólares para confeccionar boinas. Hoy, son el principal proveedor de gorras para las ligas deportivas más importantes de los Estados Unidos, están en las ciudades más grandes del mundo y se mantienen como un negocio familiar. Esta es la historia de New Era.




Todo empezó con una familia con algo de dinero y un sueño. En 1920, Ehrhardt Koch, un inmigrante alemán que acababa de llegar a los Estados Unidos, tuvo la idea de hacer gorras. Era un gran fanático de los accesorios y un artesano de manos habilidosas. Así que un día tocó a la puerta de su hermana y le pidió un préstamo de mil dólares.


Su hermana, Rose, le extendió el dinero, y Koch comenzó su compañía –que en ese entonces no era una compañía, sino un pequeño taller con 14 empleados, Rose incluida, y que no se llamaba New Era, sino E. Koch Hat Company–. La especialidad de Koch eran los gorros Gatsby, un tipo de boina que estaba muy de moda en la época. Y su factura fue tan impresionante que su negocio ganó popularidad muy rápido: su empresa produjo 60.000 boinas el primer año.

La década de los ‘30 trajo consigo nuevos estilos y necesidades en la moda, y la E. Koch Hat Company recibió una nueva contratación: Harold Koch, el hijo de Ehrhardt. Harold notó que la época de las gorras Gatsby estaba en su ocaso y, en esa misma medida, que el béisbol se convertía en el deporte favorito de muchos estadounidenses. Muchos beisbolistas usaban jockeys (conocidos como baseball caps en inglés), y le sugirió a su padre probar con una nueva línea de caps deportivos. Ehrhardt le dijo que sí. Su primera línea de gorras de béisbol se fabricó en 1934, y fue para el uniforme de los Cleveland Indians.

 
El negocio mantuvo un crecimiento sostenido durante dos décadas. Siguieron haciendo boinas, aunque cada vez menos, y veían cómo aumentaban las ventas de sus gorras de béisbol, a las que habían añadido un elástico en los ‘40, para mayor comodidad. Pero para el año 1953 las cosas cambiaron un poco. Estados Unidos había salido victorioso de la Segunda Guerra, y la Guerra Fría había comenzado casi inmediatamente después. Esto provocó que las personas se sintieran muy cercanas al imaginario de los uniformes militares, donde las gorras eran parte importante del conjunto.
Así fue como Harold tuvo la idea que revolucionó la industria de los caps. Se le ocurrió crear un nuevo tipo de visera, y ofrecérsela a los equipos de béisbol. La bautizó 59FIFTY. El nuevo invento de Harold tenía una gran característica que la alejaba del resto de las gorras: esta era entallada, su visera era completamente plana y un poco más ancha. El invento de Harold fue un éxito inmediato, y en pocos años pasó a convertirse en un accesorio que todos los atletas debían tener en sus entrenamientos y partidos.




En 1960, Harold, ahora gerente general de la compañía, abrió una fábrica en la que solo se elaboraban las 59FIFTY. La popularidad del modelo hablaba por sí misma. Para 1964, New Era ya se había convertido en el único proveedor de gorras para todos los equipos de la Major League Baseball, la primera división de béisbol profesional de los Estados Unidos. Si el crecimiento de la marca había sido sostenido durante  los años anteriores, la firma de este contrato terminó por catapultar a New Era hasta el cielo.
 


El béisbol fue la primera liga a la que New Era entró, sin embargo, en los años siguientes firmó una larga fila de contratos que le siguieron sumando prestigio a la marca. Primero se adjudicó la licencia para fabricar caps para algunos equipos de la NFL, y apenas un par de años después le siguió la NBA. A principios de los años ‘70, la moda y el deporte ya se estaban fusionando, así que no era nada extraño ver a famosos usando gorras New Era, que conseguían de la mano de sus amigos deportistas. Esto hizo que los fans pusieran un ojo sobre la marca, y comenzaran a pedir que los modelos se hicieran masivos.


 




Para la década de los ‘80, David Koch, nieto del fundador de la marca, oyó las plegarias de sus clientes y amplió aún más los horizontes de New Era: comenzó a hacer indumentaria para equipos universitarios, ligas de béisbol de otros países, la American Automobile Association, y comenzó, también, a vender caps a los fans de los deportes. Ahora todas las cabezas amantes del béisbol, el básquetbol o el fútbol americano debían llevar una gorra New Era.
Sin embargo, la masificación de la marca hizo pensar a David que debían tener algunos íconos más reconocibles. Fue así como nació la bandera, ese pequeño logo con una N y una E que va al costado de todos los caps New Era hasta el día de hoy. Le agregaron, también, los stickers holográficos con las tallas sobre la visera a cada uno de sus modelos. Así, los fanáticos encontrarían su talla más rápido.




Por ese entonces, algunas mejoras prácticas en los diseños de la marca se convirtieron en un sello. A esas alturas, los elásticos de las gorras también absorbían el sudor, y las viseras de New Era también se hacían reconocibles por tener colores oscuros en la parte inferior: por lo general eran de un verde pantanoso, o simplemente gris. Dicen que, en un principio, lo hicieron para que los colores absorbieran la luz y la gorra ayudara a los beisbolistas a agarrar las pelotas que venían muy altas. Así, el solo no sería un inconveniente. Al final, sin embargo, hubo poco sustento científico en la decisión, y el gris se convirtió en un detalle del estilo de las gorras.




El año 1997, New Era echó raíces sobre todo el mundo: ciudades como Toronto, Londres, Tokio, Hong Kong, Seúl, Melbourne o Barcelona, por nombrar algunas, tienen una instalación de New Era el día de hoy. Desde allí reparten sus caps y amplían las fronteras de la indumentaria deportiva.
En 2020, New Era celebró los cien años de la marca. Un momento histórico, del que no muchas otras pueden presumir. Sin embargo, Chris Koch, actual CEO de la marca, aseguró que estaban listos para enfrentar con entusiasmo los próximos 100 años que estaban por venir.

Actualmente, New Era sigue siendo uno de los principales proveedores de las ligas deportivas más importantes de los Estados Unidos. Ganó exclusividad en canchas, graderías, y también pasarelas y escenarios. No es raro ver a estrellas de la talla de Spike Lee o Jay Z usando gorras New Era. Lo mismo ha sucedido en las colaboraciones: artistas como Tyler, The Creator, y marcas como Supreme, BEAMS y Fear of God también han colaborado con la marca, una que se ha ganado un espacio particular en las calles y las cabezas de todos los rincones del mundo.

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