JERRY LORENZO:
LA FANTÁSTICA MENTE DETRÁS DE FEAR OF GOD

Entusiasta del rap, asiduo del grunge y un ex niño religioso. Organizó fiestas y vendió ropa en el retail. La vida de Jerry Lorenzo ha sido más que el diseño. Aquí recopilamos los momentos de su vida que lo llevaron a reflejar quién es en su marca Fear of God.




La historia comienza así: un niño pequeño y su madre pasean por ferias de artículos usados y antigüedades. La madre es muy buena para dar, justamente, con los objetos baratos y de buena calidad. Para el niño es algo natural. Su madre tiene un buen ojo. Es así de simple. Una especie de talento y una inteligencia particulares. Nada más. Tal vez él aprenda sus técnicas algún día.
El tiempo pasó y, para el 2012, ese muchachito estaba reinventando la industria de la moda en todo Norteamérica con su marca Fear of God. Lorenzo, sin embargo, no era tanto un diseñador con el ojo puesto sobre las pasarelas ni los festivales de moda más grandes del mundo. Él siempre ha sido, antes que todo, un entusiasta del estilo.


 
De hecho, ni siquiera comenzó a hacer ropa para ganar plata. En una entrevista que dio a
i-D en su primera visita a Ciudad de México, cuenta que en realidad él veía en la ropa una necesidad. Antes de pensar en confeccionar algo siempre ha pensado que lo más importante es si lo necesita, si quiere realmente usarlo y, sobre todo, si esa prenda va a resistir el tiempo. Si la respuesta a esas tres preguntas es un sí, se pone manos a la obra.
Sus primeras prendas fueron una especie de gesto para consigo mismo. Quería usar ropa que no podía encontrar en las tiendas. Tenía ideas y diseños en la cabeza. Hasta admite haber sido, en sus palabras, «un poco egoísta», pues solo hacía una pieza única para que él pudiese usarla.



Sin embargo, un día miró las prendas que había hecho y descubrió que ya tenía una especie de colección. Pequeña, algo modesta, pero una colección, al fin y al cabo. Y lo más importante: esa ropa no se parecía a nada que estuviese en las vitrinas del retail. Mucho menos eran parte de la cultura del hype. Ahora, necesitaba pensar en un nombre para las prendas. Fear of God, se dijo para sus adentros. Traducido literalmente como
Temor a Dios.



Y es que Lorenzo había tenido dos grandes escuelas para pensar el estilo. De niño, esa misma mujer que lo llevaba a las tiendas de antigüedades, también lo llevaba mucho a la iglesia. En una entrevista con Interview Magazine, reveló que pasó mucho tiempo allí de niño. Esa experiencia lo marcó, no tanto como algo místico, sino como algo que era parte de su identidad. Eso, junto a sus gustos musicales (que, asegura, van del rap hasta el grunge), y la ropa que le gustaba usar en ese entonces, han convertido a su marca en lo que es: un producto honesto, en palabras de su creador.
Su segunda escuela fue, simplemente, trabajar con ropa. El diseñador había trabajado como promotor en discotecas de Los Ángeles, y también de vendedor en algunas tiendas de retail. En estas últimas se sentía como en casa. Siempre sabía qué prendas potenciar o poner en exhibición. Cuando alguien llegaba con dudas o inseguridades por su cuerpo, Lorenzo le extendía una prenda que, aseguraba, le quedaría increíble. Lo común es que se fueran satisfechos con su compra, y agradecidos con el vendedor.



 



Lorenzo sabía de ventas y tenía gente que podía ayudarlo. Así que se puso manos a la obra. La honestidad del diseñador dio frutos muy rápido. Sus diseños, siempre relacionados al streetwear, tenían una impronta de lujo y elegancia muy particular. Algo que solo su ojo podía darle. Lorenzo ha admitido que es muy bueno para sacar fotos y buscar referencias. Después de todo, un gran artista nunca le teme a buscar inspiración. Sin embargo, también asegura que lo que más disfruta del proceso –y también la parte más dura de este– ocurre en su cabeza. Ahí es donde ocurren esos colores planos, pero fuertes y bien marcados, los entalles irregulares, que pueden comenzar holgados y terminar ceñidos y, por supuesto, que pueda combinarse con todo.



Pero Jerry Lorenzo no pierde la cabeza. No importa si su ropa es usada por celebridades como Justin Bieber y Jay Z. Tampoco que haya colaborado con marcas como Nike y Vans, ni recibido el reconocimiento de figuras como Virgil Abloh y Kanye West. Para Jerry lo importante es darle una parte de su identidad al mundo. Generar dignidad y estilo a través de la ropa. De hecho, admite, no es que quiera entregar al mundo el mensaje de que tengan temor de Dios. Él solo busca dar cada parte de sí en las prendas que diseña. Y la religiosidad, el valor del temor, es algo que lo ha acompañado desde su infancia. Esto, asegura, le permite tener una relación más auténtica con su marca al mostrar quién es. También le ayuda a pensar para quién trabaja. Un gesto, un saludo hacia un ser superior lo ayuda a mantenerse centrado. Sentirse pequeño es algo sano y valioso para él.





Hubo algún tiempo en que hablar de streetwear era, para algunos diseñadores, un término para referirse a prendas que pasarían de moda rápido. Que no tenían un discurso bien formulado, y que se hacían en masa. Desde que Lorenzo fundó Fear of God, se ha preocupado por reinventar personalmente cada uno de esos términos. Desde el día en que apareció en una de sus fiestas con ropa hecha por él mismo, las personas se dieron cuenta de que el streetwear y la elegancia podían combinarse en una sola cosa.
Y teniendo la industria de la moda en sus manos, fue que Lorenzo hizo un nuevo pacto que llevará a su marca mucho más allá de lo que la conocemos. En una alianza inédita junto a adidas, que partió como una idea para hacer una campaña juntos, Fear of God ha estado recibiendo una asesoría muy especial para potenciar su línea de productos deportivos.







Dicen que a principios del 2023, la alianza entre ambas marcas dará frutos. Y los fans de la obra de Lorenzo tienen los ojos bien puestos en el acuerdo. De seguro Fear of God hará lo que mejor sabe hacer: romper las expectativas y entregar algo sin antecedentes.