INSTAPUMP FURY: la zapatilla con que Reebok sacudió al mercado



Cuando en 1994, Reebok lanzó la Instapump Fury, dejó a todos con la boca abierta. Nunca se había visto algo así. Desde su diseño súper futurista a su colorway amarillo brillante, todo sobre esta zapatilla era un tanto escandaloso.

27 años después, muchos siguen sin entender esta silueta salida de la imaginación del gran diseñador Steven Smith, pero a la fecha, continúa siendo el calzado más revolucionario en la historia de Reebok y, sin dudas, unos de los más rupturistas también en la historia de la industria. Un verdadero clásico de culto. Aquí repasamos cómo fue creada la Fury, bajo la inspiración de la performance deportiva, la tecnología y el punk rock.









Mucho antes de ser convocado por Kanye West para ocupar el cargo de Director de Diseño en Yeezy Lab, Steven Smith ya había creado unas cuantas zapatillas exitosas. Se lo conoce como el padre de los “dad shoes”, ya que comenzó su carrera en New Balance durante los ‘80, donde diseñó varios modelos cómodos y chunky, como los que usaban los papás antes y están tan de moda ahora, siendo las New Balance 1500 las más reconocibles. Tras un breve paso por adidas (donde creó la silueta Artillery y ayudó a lanzar la tecnología Torsion) y antes de irse a trabajar para FILA y luego Nike (allí dio vida a, por ejemplo, las Shox Monster), en 1989, Smith fue invitado por Reebok para formar parte de su recién creado departamento de innovación (Reebok Advanced Concepts).





Con aquel pequeño equipo se dedicó a experimentar y a jugar con las ideas. “Fue una buena época. Paul Fireman (CEO de la compañía en aquel momento) fue una de las mejores personas para las que trabajé, él te motivaba a hacer cosas impensadas”, contó Smith en una entrevista.

















Así, mientras trabajaba en el diseño de las Graphlite Road, también pasó tiempo intentando mejorar la tecnología Pump que Reebok había lanzado recientemente. Junto con Paul Litchfield, quien también integraba el equipo RAC, estudió sus problemas y complejidades, e investigó las cosas que se estaban haciendo en la industria médica y aeroespacial, para ver qué podían usar de ahí.




Decidió que quería hacer una zapatilla con la tecnología Pump, pero completamente enfocada en la performance deportiva y para ello, debía ser lo más liviana posible. Sin cordones, sin lengüeta, con la suela cortada en dos, con dos “ventanas” cortadas en sus costados y con la válvula de aire; cuando Smith mostró los primeros sketches de la que se convertiría en la Instapump Fury a sus compañeros, le dijeron que estaba loco. “Quería que fuera una máquina para correr, no solo una zapatilla. Creo que la tecnología realmente definió la estética, y la estética no era del gusto de todos”, ha dicho el diseñador.










Aún así, Smith quería que esta zapatilla se viera “como si el pie estuviera en llamas”, que tuviera un colorway llamativo, como las New Balance SuperComb que le gustaban de niño pero que no podía pagar, de color naranja brillante o azul y amarillo. El colorway original, “Citron”, se inspiró en esos modelos y en la portada de “Never Mind the Bollocks”, disco de los Sex Pistols. Porque sí, las Fury tenían la esencia del punk rock.






El diseño salvaje de estas zapatillas recibió el visto bueno inmediato de Paul Fireman. Sin embargo, cuando la gente de Marketing dentro de Reebok lo vio, la respuesta no fue la misma. La historia cuenta que cuando Smith les presentó el prototipo, los ejecutivos advirtieron que el colorway Citron era “demasiado ruidoso” y sugirieron pensar en una versión azul y gris. Smith, frustrado, volvió a casa y pintó la zapatilla entera con una lata de spray gris. Al día siguiente, se la llevó y la puso sobre el escritorio. “Aquí tienen”, les dijo en chiste, aceptando hacer una segunda versión. Ambas se pondrían a la venta. “Estaban seguros de que el colorway más conservador vendería más, que representaría al menos un 60% de las ventas. Fue al revés, el amarillo/rojo/negro terminó vendiendo el 65%”.






Nunca hubo un brief para el diseño de la Instapump Fury. Nadie le dijo a Smith lo que debía crear, para satisfacer qué necesidad o en qué tipo de consumidor debía enfocarse. Nada. Fue producto de la experimentación pura y el creer en su trabajo aún cuando la mayoría en Reebok le decía que sería un fracaso. Se equivocaron. Y lejos de atraer al público del running, esta zapatilla, que se veía como hecha por aliens, se convirtió en un ícono para aquellos que querían algo distinto. Aún lo es. Con distintos colorways y varias colaboraciones (Martin Margiela, Vetements, Opening Ceremony y más han hecho sus propias versiones), la Fury sigue vigente.