Futuro Berg

Por la época en la que nací y en el contexto que me crié, el concepto de bienestar mental no lo tuve presente de la misma manera que hoy en día. Durante mucho tiempo lo vi como un privilegio que solo un puñado de personas podía tener (aún es así para muches) y también creo que históricamente en Chile somos buenos para ponerle el pecho a las balas. De a poco voy aprendiendo a cuidarme cuando debo, a descansar, a tomarme mi tiempo con las cosas y a vivir a un ritmo más sano.

Creo que el bienestar mental es tener las capacidades para afrontar las adversidades sin caer en un hoyo negro. Es poder levantarse cuando uno se cae y lograr una paz interior en el mediano-largo plazo.










Lo que me gusta de la fotografía es el hecho de poder “congelar” un momento, el poder dejar un registro. Me gusta mucho que es una habilidad que se puede hacer todo el tiempo, en todo contexto, espacio o lugar. Es algo que espero poder hacer durante toda mi vida; a diferencia de otras artes o profesiones, en la fotografía las carreras pueden ser hasta los 80 años o más. Eso me motiva muchísimo porque siento que se puede seguir avanzando, creciendo y aprendiendo. Es un proceso que no tiene fin.

También la fotografía me sirve como “excusa” para conectar con otras personas. Es una linda manera de iniciar una conversación, de conectar con alguien más, quizás alguien que recién conozco o alguien a quien de otra manera no habría sabido cómo acercarme. El lado social de la foto es mi favorito. El lado humano.






El trabajo social ha sido mi motor de vida desde hace ya más de 5 o 6 años. Siempre me mantengo conectado a la causa migrante, siempre hablo con mis amigues migrantes, que me llaman de USA, de México, de Grecia, de Inglaterra u otros lados. Son personas que he conocido durante mis diversas experiencias en distintas partes del mundo. Mantenerme conectado a los y las migrantes siempre me sube el ánimo, me empapo de sus fuerzas, de sus palabras de aliento, de su espíritu de superación y su resiliencia. Doy gracias de tener ese cable a tierra y poder conectar con gente de muchas culturas muy distantes a la mía.

También me mantiene motivado el salir a la calle. Desde niño siempre me ha gustado esa sensación de salir sin un plan muy claro, como a buscar algo que uno no sabe bien qué es. De repente uno se encuentra con una calle hermosa que nunca había visto o un restaurante con comida que nunca había probado. A veces no es fácil porque hace mucho calor o mucho frío, uno anda cansado o da lata… Pero siempre que hago el esfuerzo de salir, termino agradeciéndolo. Siempre hay algo por descubrir y desarrollar/mejorar mi capacidad de observación es algo que me produce mucho placer y me llena de energía para seguir adelante.








Creo que, como a muchas personas en Chile, el estrés o ansiedad se me produce por una falta de control en la vida. Quizás por falta de recursos, oportunidades o posibilidades de avanzar. Comúnmente mis frustraciones tienen que ver con la limitación de poder desarrollarme artísticamente o el no poder desarrollar proyectos acordes con mi visión del mundo. También hay veces que me genera bastante ansiedad el estado del mundo actual; política y medioambientalmente estamos en un proceso durísimo, de cambios sociales enormes. En general, el barco está inestable y cualquier persona con algo de conciencia social está propensa a sufrir ansiedad ya que lo que pase en los próximos años definirá bastante nuestras vidas a futuro y cómo viviremos cuando seamos más viejos. Sin embargo, intento transformar esa ansiedad o estrés en acción. Hay que involucrarse igual, cuidando siempre el límite para no hacer más de lo que uno pueda, pero hay que ser parte de los cambios que se vienen.








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