UN ACCESORIO CON 5000 AÑOS: EL LARGO VIAJE DE LOS BANANOS

Los bananos partieron siendo una herramienta vital para ciertas culturas. Con el tiempo, la humanidad los convirtió en el accesorio más nerd de la moda. Y el día de hoy lo llevan estrellas de la música y de la alta costura. Los bananos han hecho un largo viaje en la historia de la moda, aquí te la contamos.





Si hablamos de bananos –o riñoneras, o fanny packs, como las llaman en Estados Unidos–, pensamos en bananos cruzados sobre los hombros, con grandes logos de su marca, con pins clavados sobre ellos. Están en casi todas las tiendas de streetwear.
Sin embargo, los bananos están aquí desde hace mucho antes que Supreme o Chanel decidieran sacar su propia línea de estos prácticos bolsitos que llevamos sobre el hombro. Están aquí incluso desde antes que se volvieran el sello propio de los turistas. Aquí te contamos un poco sobre su historia. Y comienza, hace más o menos, cinco mil años.



 

Antes de que la gente tuviera guardarropas (y, tal vez, también ropa), llevaban pequeños bolsos, hechos de cuero y materiales naturales, en los que cargaban sus cosas. Así lo descubrieron dos exploradores de los Alpes de Ötzal, que en su expedición se encontraron con una momia en muy buen estado. La momia, a la que bautizaron Ötzi, y que se presume vivió entre el 3400 y el 3100 a.C.), llevaba un bolsito de cuero que sostenía con un cinturón. Adentro, llevaba un trozo de hueso afilado y otras herramientas de piedra.

Y, claro, era un bolsito bastante distinto a los bananos que conocemos el día de hoy, pero ese primitivo accesorio tenía el mismo uso que los actuales: poder vestir algo cómodo, versátil y que sirviera para guardar objetos.






El banano de Ötzi es el más antiguo que se conoce, sin embargo, muchas culturas fueron desarrollando sus propias formas de lucir bolsos en la cintura. En la época en que las túnicas eran el código de vestimenta de egipcios, japoneses y muchos países europeos, muchas personas se colgaban bolsitos a la cadera para no perder sus cosas. Otras culturas, como los cristianos, usaban accesorios que eran más parecidos a las que después serían las carteras, pero eso es otra historia.



 




La historia y las tendencias avanzaron, pero los bananos no se movieron de su lugar central. En el siglo XVII era algo común ver a las distinguidas señoras inglesas llevar bananos con sus llaveros, relojes o abanicos. Ellas ya conocían la comodidad de un buen banano.

Su uso no cambió hasta principios de los ’50. En esa época, se reinventaron para ser un soporte del boom de los deportes de nieve. Los sugerían como un buen acompañamiento de los trajes de esquí, y se usaban mucho para llevar objetos y comida. Se hicieron tan populares que, para 1954, los catálogos de deportes los promocionaban como útiles accesorios para ciclistas, jinetes y excursionistas.



En los ’80, los bananos ganaron esa notoriedad mainstream que los caracterizó por una década. Se habían convertido en una combinación misteriosa de nylon, colores chillones y cierres por todas partes. Seguían el mismo formato que los primitivos: las personas los seguían usando en sus caderas, y continuaban siendo útiles y prácticos para guardar cosas.


El turismo en Japón y Nueva York potenció la industria de los bananos e hizo famoso el clásico estilo del turista con un banano cargado, asociado a la imagen de lo nerd o, en su defecto, lo que fuese completamente contrario a lo cool. Eran el accesorio perfecto para llevar llaves, cámaras de fotos, souvenirs, y aplanar las calles de ciudades desconocidas. Algo que parecía hecho para ser usado por los padres del mundo.
Pero los turistas no eran los únicos que necesitaban un accesorio cómodo y práctico. A principios de los ’90, los skaters comenzaron a hacerse de sus propios bananos para guardar sus cosas mientras patinaban. Así se aseguraban de no cargar de más sus bolsillos y, como buenos vanguardistas de la moda, comenzaron a cruzárselos sobre sus hombros. Así no solo no tenían los bolsillos libres, sino que liberaban peso en la cintura y los trucos salían mejor.




Supreme ya estaba siguiendo esta tendencia desde muy cerca. La marca aprovechó su oportunidad e hizo su propia línea de bananos. El sello propio que le dieron fueron correas más anchas, pensadas para cruzarse sobre el torso

Y este fue solo el trampolín para que los bananos comenzaran un largo camino hasta la alta costura. En 1994 Chanel ya sacaba su propia línea de bananos –probablemente como un gesto kitsch frente a la aún predominante cultura del banano de turistas–. Hoy, se pueden encontrar en reventa por cerca de 4000 dólares.




Desde que las marcas más famosas comenzaron a unirse a la moda de los bananos, sus usos se han vuelto más y más variados. Hoy podemos encontrar desde el clásico banano de feria artesanal hasta los bananos tácticos usados por Kanye West. El accesorio ha llegado a convertirse en un básico con capacidad de adaptarse a todos los estilos.

Al final del día, Ötzi marcó tendencia en el uso de accesorios. Tal vez se impresionaría si pudiera ver cómo su útil invento llegó hasta las manos de todas las personas que aman la moda y necesitan un accesorio cómodo.

Puedes encontrar variedades de bananos en www.bold.cl