ADIDAS RINDE HOMENAJE A KOBE: EL REGRESO DE LAS CRAZY 1

Muchos conocen el final, pero no el principio de la historia de Kobe Bryant. Antes de convertirse en sinónimo de calidad y talento, era un chico que quería jugar básquetbol. Fue por esa época cuando adidas lo contactó y le ofreció ser parte de su equipo. La primera marca que creyó en Kobe le ayudó a reconstruir la historia del básquetbol y la moda. Así es como nacieron las Crazy 1, que acaban de volver al mercado.





Por ese entonces aún no era Black Mamba, ni tampoco uno de los mejores jugadores de básquetbol de todos los tiempos. Antes de entrar a la NBA, Kobe Bryant era un muchacho que había llegado de Italia hacía algún tiempo, que amaba el básquetbol y que, desde muy joven, había comenzado a llamar la atención por todos los récords que rompía.


Tras volver a Filadelfia, durante su último año en el instituto se convirtió en el máximo anotador de su historia. Llegó a la cifra nada modesta de 2883 puntos y, dato rosa: en ese mismo lugar había estudiado Wilt Chamberlain (quien mantiene aún el récord de promediar más de 50 puntos en una temporada). Así que la vara no estaba, precisamente, baja.



Fue por ese entonces que adidas, en su búsqueda de atletas destacados, le extendió un contrato a ese muchacho. Kobe Bryant aún no tenía edad para comprar una cerveza, sin embargo, sí tenía a su disposición un montón de modelos de zapatillas y un acuerdo que haría a su imagen valer millones. Mientras aparecía en comerciales televisados a lo largo de todo el país, hacía que la gente esperara con ansias el draft de 1996.





La fama de Kobe se hizo tan explosiva como su juego. Se presentó al draft de la NBA sin pisar  la universidad y aterrizó en el equipo con el que jugaría toda su vida: Los Angeles Lakers. Impresionó al público en el concurso de clavadas de 1997. Ese día, llevaba en sus pies unas clásicas adidas EQT Elevation que, a un costado, decían Kobe.

Pero todos sabían que ese muchacho inquieto, obsesivo y desafiante, eventualmente necesitaría su propia zapatilla. Así que, justo antes de comenzar su segunda temporada, adidas se lo ofreció. El inicio de su línea. Esa soñada institución que, en inglés, es llamada signature shoe.



 



Como el juego de Kobe era revolucionario, también tenía que serlo su primera zapatilla. Más que un trabajo de diseño, hicieron un objeto que era en parte calzado y, en parte, un salto en la forma de pensar el deporte. La tarea quedó a cargo de Peter Moore, el mismo que diseñó el jumpman de Jordan y las icónicas Dunk.
Moore tenía algo metido en la cabeza: Kobe era versátil y explosivo, pero también muy particular y elegante. Su confianza era una de las cosas más llamativas de su juego. Moore pensó, de pronto, en un auto que tuviera todas esas características. Sin pedirle una opinión a nadie, cayó sobre su cabeza la imagen de los Audi TT.










El diseñador no solo llamó a su equipo a trabajar en la zapatilla, sino que también contrató a los diseñadores y a quienes modelaron las versiones de la línea automotriz. Muchos se habrán preguntado, por ese entonces, qué tienen que ver los autos con las zapatillas, pero Moore no tenía tiempo ni energía para esas preguntas. Estaba ocupado pensando en el futuro.

El equipo de diseño y marketing corrió y, en cerca de dieciocho meses, tuvo listo el primer prototipo de la primera zapatilla diseñada especialmente para Kobe. Según el encargado del diseño, la emoción se podía ver en la cara del basquetbolista de, a esas alturas, veintiún años. «La tomó y supo que era diferente. Que encajaba con su estilo de juego». Kobe estrenó su zapatilla en los playoffs de ese año, donde adidas y él dominaron.

Lo que se generó en la calle fue exactamente lo que Kobe y la marca esperaban. Los fans del 24 se enamoraron de inmediato de la zapatilla que, al igual que el jugador, no le pedía permiso a nadie para ser distinta. Kobe mismo dijo, en alguna ocasión, que él esperaba de su línea que «no se pareciera a nada que estuviese en el mercado por ese entonces». The Kobe, como bautizaron a la silueta, se salía de todas las nociones preestablecidas del estilo y la comodidad. Peter Moore estaba orgulloso. Él sabía que, en el futuro, las personas buscarían elegancia y dinamismo, en partes iguales, al momento de jugar al básquet.






Pero el entusiasmo de Kobe no era solo para el marketing y la foto, sino completamente auténtico. Jugó toda la temporada entre el 2000 y el 2001 con su signature shoe en los pies. En los comerciales de la tele, o entrevistas que le hacían, Bryant andaba con sus zapatillas plateadas por su casa.

Un año después, adidas dobló la apuesta e hizo las Kobe 2, sin embargo, esta vez no tuvieron tanto éxito como el primer modelo. La ya súper estrella del basket decidió, entonces, estar un tiempo sin contrato con marcas de calzado, y se lanzó a jugar con Jordan, Reebok y hasta AND1






Desde el desafortunado accidente de Kobe en 2020, todos los fans del basquetbolista y las marcas que tuvieron la suerte de trabajar con él, han estado buscando las formas de rendirle homenaje a esta leyenda que se fue demasiado pronto.

Es por eso que, a modo de tributo, adidas decidió relanzar la Kobe 1. Rebautizada como la Crazy 1 desde el 2014, el modelo inspirado en la línea de Audi ha vuelto al mercado. Se ha mantenido fiel al diseño original, pero con algunos cambios.

El único problema de traer de vuelta a la vida una silueta retro es que esta necesita adaptarse a sus tiempos. En el 2000, los materiales no eran tan livianos ni resistentes como lo son ahora. No había sistemas de respiración ni amortiguación tan avanzados como los de hoy, y una de las principales metas desde adidas, es que esta zapatilla sirva para tres cosas: rememorar a uno de los jugadores más importantes de la historia, dar un look elegante y casual; y, sobre todo, poder jugar básquet. 


Esta nueva versión de la Crazy 1 viene completamente renovada. Se sacaron capas enteras de materiales que, en realidad, no eran necesarios, y se reemplazaron por otros mucho más ligeros y que ayudan a fortalecer la estabilidad del pie. Se le agregó espuma extra para su amortiguación, y se le quitó peso a la entresuela de la zapatilla, cambiando la densidad del material que lo compone, dando así más durabilidad y una mejor tracción, además de trescientos gramos menos de peso. El resultado es un clásico con los tintes del presente: una Crazy 1 que nos lleva 22 años atrás, cuando la carrera de Kobe aún era una promesa que soñábamos con ver.

Una nueva manera de rendirle homenaje, en la calle y en la cancha, a la persona que nos hizo abrazarnos a las pelotas de básquetbol.